DEPORTISTAS EXTREMEÑOS EN MÉRIDA

El pasado jueves, 18 de febrero, se celebró en el Palacio de Congresos de Mérida un acto que reunía a todos los deportistas becados por la Junta de Extremadura y también a los patrocinados por "Marca Extremadura".

Al acto acudieron Guillermo Fernández Vara, Presidente de Extremadura, y miembros de la Consejería de los Jovenes y el Deporte. Los deportistas catalogados como "Promesas Olímpicas", a la que pertenece Carlos, y los que obtienen premios al rendimiento deportivo fueron obsequiados con un diploma.

Fue una bonita fiesta del deporte extremeño donde además de los premios se pudieron ver vídeos, actuaciones musicales y una exhibición de karate en silla de ruedas.

XL GRAN PREMIO DE CÁCERES DE CAMPO A TRAVÉS

El pasado domingo se disputó en la localidad de Montehermoso la prueba internacional que realiza todos los años en una localidad cacereña la Diputación de Cáceres. Hasta allí se desplazó Carlos para participar en la prueba absoluta.

Tras una semana de problemas, con unas pequeñas molestias en la espalda, Carlos terminó la prueba en el puesto 22º, siendo el segundo extremeño en meta tras el moralo Miguel A. Gamonal. El atleta valentino marchó toda la carrera en un segundo grupo con Gamonal y con el atleta madrileño José España.

Buen test de cara al nacional de campo a través que se disputará dentro de tres semanas en La Coruña. Aunque antes, la próxima semana Carlos disputará el Campeonato de España de Clubes de Campo a Través en la modalidad de "Cross Corto", donde junto a sus compañeros del C. A. Almaraz intentará repetir la medalla de plata conseguida el año pasado en Cáceres, pero no será nada fácil. Los miembros del equipo que competirán en el Cross Corto serán: Javier Alves, Miguel A. Pinto, Manuel Nuñez, David Martín y Carlos Gazapo.

ÚLTIMOS DÍAS DE LA CONCENTRACIÓN

Disculpar por tardar tanto en poner los últimos días.

Los últimos días en Monte Gordo fueron duros, el jueves me levantaba por la mañana con un pequeño pinzamiento en el ciático que no me permitía correr con normalidad hasta que no calentaba bien, además del cansancio acumulado durante estas últimas dos semanas.

Por la mañana tocaban series largas, además con mucho aire, las cuales me costaron una barbaridad. Gracias que estaba Paquillo que me ayudaba en algunos momentos y pude completar el entrenamiento, aunque con algunas variaciones en el final debido a que estaba bastante cargado de piernas. Completamos el día con un rodaje suave, que hicimos todos juntos, por la tarde.

El viernes lo dediqué a recuperar, realizando un rodaje largo bastante suave por la mañana y descansando toda la tarde.

El sábado era el último día allí ya que decidimos adelantar la vuelta para poder descansar todo el domingo en casa. Por la mañana repetí el interval de quinientos del sábado anterior, en el que recuperé las buenas sensaciones que tuve días atrás, eso sí, el pinzamiento cada vez me molestaba más.

Antes de comer recogimos toda la ropa que teníamos por el apartamento, que era mucha y muy desorganizada (dos buenos fuimos a dar juntos), y ya por la tarde realizamos un calentamiento suave, nos dimos una ducha y volvimos para España.

Han sido diez días duros, donde hemos entrenado mucho, pero donde también ha habido momentos muy buenos. Me alegra mucho haber compartido esta experiencia con estos buenos amigos.

EMPIEZA LA ÚLTIMA SEMANA EN MONTE GORDO

El lunes empezamos la última semana, que se antojaba dura.

Me tocaba un rodaje largo pero lo cambié por un interval de 400 que tenían Javi y Juan Diego, que era muy parecido al que yo tendría que hacer al día siguiente. Así que, por la mañana hice un rodaje tranquilo y un poco de condición física. Ya después de la comida y la siesta nos dirigimos al Complejo Deportivo para hacer el entreno duro.

Este entrenamiento iba a ser duro para mí, ya que lo hacía con dos atletas de mucho nivel, que son mucho más rápidos que yo y que tienen como objetivo el Campeonato de España de Pista Cubierta, en los 3000 m.l. El entreno constaba de 3 bloques de 5 cuatrocientos cada uno. Las sensaciones fueron bastante buenas, aunque ya en el último bloque iban demasiado rápido para mí y decido hacer trescientos en lugar de los cuatrocientos. Creo que fue un buen entrenamiento y que me va a dar mucha confianza, porque he corrido a ritmos que no esperaba tocar este invierno, y menos hacer tantas repeticiones.

La mañana del martes la dedico a estudiar, ya que el día 8 tengo un examen de Didáctica de la Lengua y de la Literatura de la Diplomatura de Magisterio de Educación Física y hay que aprovechar el poco tiempo que tengo.

Ya por la tarde toca el rodaje que tenía el lunes, un rodaje largo, intentando acabar rápido. La verdad es que acabamos bastante rápido, el amigo Juan Diego está muy fuerte y nos llevo con “la soga al cuello” durante ocho kilómetros.

Tras el entreno, nos duchamos y vimos tranquilos la tele hasta la hora de la cena, después el cansancio nos llevó hasta la cama. Ya llevamos aquí siete días y nos quedan otros cuatro, de los cuales dos van a ser duros y más viendo lo que llevamos en el cuerpo estas últimas dos semanas.

Ayer tuvimos que aflojar el ritmo porque sino no llegábamos al domingo, por la mañana Pakillo y yo nos metimos a hacer unos circuitos en el gimnasio, y ya por la tarde todos rodamos suave, Javi, Juan Diego, Pakillo y yo. Tras el entreno nos dirigimos a la playa para meter las piernas, pero hacía frío y hacía mucho oleaje y decidimos darnos la vuelta, aunque Pakillo decidió darse un baño, ¡con el día que estaba!

Por la noche para recuperar mejor nos fuimos al bar que se encuentra bajo los apartamentos para tomar un cerveza (Sagres) y tras ello nos dirigimos a la cama.

DÍA TRANQUILO

Llegó el domingo, ganas tenía. Después de una semana bastante dura, el día de hoy se preveía relajado, ya que lo dedicaría a recuperar para la última semana. Por la mañana hice un rodaje de una hora suave hablando con mi compañero Javi Alves, aunque al final acabamos un pelín rápido. Trás ello, acudimos a meter las piernas en el agua del mar para recuperarlas mejor.

Ya por la tarde, después de una buena siesta me dirigí con Paquillo y mi novia a la playa para guardarle las cosas mientras nadaba, pero al final me animé a probarme su neopreno y sumergirme en el agua. Fue divertido porque me costó una eternidad ponermelo y otra más quitarmelo, y ya me desmotivé del todo cuando vi quitárselo a él en unos segundos tras salir del agua.